lunes, 21 de marzo de 2016

¿Conoces la historia de Saturnino?

Un hombre inofensivo que se ganó el respeto de sus congéneres tras predecir una catástrofe


En El Silencio, en pleno centro de Caracas, se encuentra el Parque El Calvario. Al subir las icónicas escaleras encontramos áreas verdes recientemente recuperadas, con vigilancia e incluso un café que ofrece una excelente vista a la ciudad. Son 90 escalones los que debe subir el visitante para disfrutar del lugar. Arriba hay lindas caminerías y escaleras más cortas que te conducen al punto más alto.

Una mirada al pasado 


El parque fue construido por orden del expresidente Antonio Guzmán Blanco en el siglo XIX. En el sitio mandó a colocar una estatua suya que luego sería llamada “El Manganzon”. En 1884 asumió la Presidencia Joaquín Crespo, quien ordenó su ampliación y cambió el nombre de Paseo Guzmán Blanco a Paseo Independencia. La ampliación incluyó la construcción de la capilla Nuestra Señora de Lourdes, de estilo gótico. Un año después se inauguró el Arco de la Federación, en conmemoración de la Guerra Federal. En 1898 se levanta el monumento a Cristóbal Colón y se incorporan las escalinatas.

En febrero de 2010, El Calvario, por iniciativa del Gobierno Nacional, sustituyó la estatua de Colón y colocó una de Ezequiel Zamora, pues este pasaría a ser el nuevo nombre oficial del parque. Como parte de las obras de rescate y rehabilitación, se colocó una estatua de Guaicaipuro y se instaló un Café Venezuela. En las instalaciones del parque también se encuentra la sala de lectura Paula Correa, cercana al monumento de Cervantes y la capilla de Lourdes.

Una de las anécdotas de este lugar, contada por los cronistas de la época, es la historia de El Loco Saturnino, un hombre inofensivo que, con su inteligencia e intuición excepcional, predijo que el día de San Bernabé ocurriría una tragedia. Cantaba con insistencia unos versos que advertían que el pueblo de Caracas había perdido su fe y por esto la ciudad iba a ser sacudida.


Pocos prestaron atención, hasta que el día 20 de octubre vieron a Saturnino dirigirse a El Calvario con una piedra en la cabeza. Cuando le preguntaron el porqué de esa excentricidad, él aseguró que iba a refugiarse en tierras altas, porque al día siguiente “la ciudad va a bailar como un trompo”. En la madrugada del día siguiente hubo un fuerte terremoto que azotó la ciudad. Lo más curioso es que las estructuras que fueron afectadas eran principalmente conventos e iglesias. A partir de allí, comenzaron a tratar a Saturnino con más respeto y a pedirle consejos. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario